Contamos con un plantel docente muy calificado, con una formación profesional que les permite planificar, conducir y evaluar estrategias de enseñanza promotoras del aprendizaje de los alumnos.

Cada docente potencia el sentimiento de capacidad, para mejorar la autoimagen y el interés por alcanzar nuevas metas. Con su accionar enseña qué hacer, cómo, cuándo y por qué, ayuda a controlar la impulsividad, comparte las experiencias de aprendizaje con los alumnos, utilizando la discusión reflexiva, fomentando la empatía del grupo y atendiendo las diferencias individuales, utilizando los talentos de cada uno para llegar a una meta en común. Desarrolla en los alumnos actitudes positivas, desde el trabajo en valores.

Y si bien es necesaria la formación de sólidas competencias científicas y didácticas en los docentes, también es fundamental una formación profesional con sólidas competencias éticas. El desarrollo de todas las potencialidades de nuestros alumnos (seres reflexivos, críticos, solidarios, autónomos) requiere de docentes que prioricen su función formativa, a la vez que contribuyan a forjar personalidades responsables, con el adecuado dimensionamiento espiritual del ser humano.

Una de las premisas es el trabajo en equipo de todos los profesionales comprometidos en la tarea de fomentar el logro de aprendizajes significativos y transferibles, así se logra fomentar la búsqueda de la novedad, curiosidad intelectual, originalidad y pensamiento convergente.